“Si el niño lo dice, será verdad”
Mi hijo no miente. Claro. También vuela, respira bajo el agua y nunca se equivoca. Si dice que la profe le gritó, es porque la profe odia niños. O tiene problemas personales.
O igual, solo igual… tu hijo es un niño, y los niños exageran.
Escuchar a tu hijo no es creerle todo. Es enseñarle a contar la verdad aunque duela.
Si tu hijo se convierte en juez y tú en fiscal, acabas criando a alguien que solo sabe culpar, nunca responsabilizarse.
Decir la verdad no es opcional. Y enseñar a decirla, menos.
Pero claro, eso exige padres valientes, no acomodados.
Si al niño le pillas en una mentira y lo excusas con un “es pequeño”, estás criando a un experto en manipulación. Y si cuando dice la verdad le cae una bronca desproporcionada, ¿qué esperas que haga la próxima vez? Callarse, mentir, esquivar.
La verdad se entrena con ejemplo y con coherencia.
Si tú mientes, si tú escondes, si tú evitas responsabilidades, él aprende a hacer lo mismo.
Pero si le enseñas que decir la verdad no le destruye, sino que le dignifica, le estás dando una brújula para la vida.
Así de claro. O formas adultos honestos, o perpetúas cobardes emocionales.
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