Temporada 5. Manuales de supervivencia. Episodio 3

“Cómo NO hablar de los padres en la sala de profesores”

Porque el respeto también se enseña… o se pierde entre cafés y cuchillos verbales

La sala de profesores debería ser un espacio para respirar, para descomprimir la jornada, para compartir estrategias educativas… Pero muchas veces, se convierte en un ring de boxeo verbal contra padres ausentes, pesados o simplemente incompetentes.

Y claro, no faltan las perlas…

1. El desahogo con efecto rebote

“La madre de este crío no se entera de nada.”

Probablemente.

Pero tú tampoco estás entendiendo que hay una diferencia entre hablar de un caso concreto y despellejar a una familia.

2. El desprecio gratuito

“Este padre es un auténtico inútil. Como su hijo.”

Maravilloso.

Educando con ejemplo. Y tú, que te quejas de que los alumnos no respetan,
acabas de darles el modelo perfecto.

3. El sarcasmo destructor

“Uy, viene a tutoría… seguro a contarnos que su hijo es un genio incomprendido.”

Sí, probablemente sí.

Pero eso no te da permiso para convertir tu juicio en espectáculo.
Lo que se dice en la sala de profes, a veces debería quedarse en el fondo de la conciencia.

4. El tono de guerra crónica

“¡Otra vez este padre! ¿Qué quiere ahora?”

Quizá algo legítimo.

Quizá no.

Pero si partes del desprecio, la tutoría será un desastre anunciado.Y el que pierde siempre es el niño. Sí, el que ninguno de los dos está priorizando.

Si desde la sala de profesores se desprecia a las familias, no esperes que las familias respeten al profesor.

La autoridad no se exige.

Se construye.

Y se construye con la boca cerrada… cuando toca.

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